Del trabajo al abandono

09.01.2012

Nuestra protagonista después de toda una vida de trabajo, llegó hasta el más absoluto de los abandonos, acabando como trastero a la intemperie.

Texto: Jaime Sánchez / Fotografías: Rubén Sánchez


Como hemos comentado en otros artículos, nuestra afición por los clásicos nacionales empezó, como en la mayoría de los casos, con un Seat 600, en concreto un E descapotable de 1971, fue entonces cuando se consolidó nuestra afición por los clásicos de fabricación nacional, centrándonos en la marca SEAT.

Dentro de la amplia gama que se podría coleccionar en relación al SEAT 600, uno de los modelos que nos tenía cautivados era la «Siata Formichetta» o furgoneta Costa, que como todos sabréis, se trataba de una transformación artesanal sobre un SEAT 600 de serie al que se le añadía a la parte trasera una caja de carga.

Estos son, realmente, modelos difíciles de conseguir fundamentalmente por dos motivos, el primero su escasa producción y el segundo y quizás el más importante, es el hecho de que se trataba de un vehículo industrial. Más concretamente se trataba de un vehículo mixto, es decir que de lunes a viernes se podía usar para repartir fruta por los mercadillos y el fin de semana para irse de excursión con la familia a la playa, por lo que, prácticamente, no tenía ni un día de descanso. Por ello es más que complicado encontrar algún ejemplar con unas mínimas condiciones de funcionamiento, puesto que prácticamente todos habían llegado al final de su vida útil y estaban planchados.

Recuerdo que era un lunes temprano del mes de agosto de 1997, cuando una de las personas a las que habíamos dado voces para ver si podía localizar algún ejemplar, nos dijo que le habían informado de un ejemplar "600 furgoneta" abandonado en el pueblo de Cànoves, cercano a Barcelona. La verdad es que nos extrañó que el vehículo al que se refería fuera la tan desea "Formichetta" dado que apenas quedaban modelos de este tipo y los que quedaban estaban en manos de coleccionistas y además... ¿abandonada? El caso es que, días más tarde, y después de pensar mil y una veces que no sería posible y que muy probablemente se trataba de algún otro modelo, decidimos ir ver de qué coche estábamos hablando. Hoy en día hubiera bastado con una foto de móvil, pero en el año 1997 eso aún era ciencia ficción.

Al llegar, nuestra cara de asombro fue mayúscula al comprobar que efectivamente se trataba de una «Siata Formichetta mixta» de color granate, que se encontraba en la parcela del dueño, a la intemperie y totalmente desintegrada, apenas reconocible. Su interior había sido desmontado por completo para ser usada como «trastero», tan solo se conservaba el chasis. Pero pese a este estado tan deplorable de conservación nos hacía ilusión poder recuperarla ya que se trataba de una pieza interesante especialmente por tratarse del modelo mixto, así que decidimos intentar negociar con el propietario.

El trato, que, pensábamos se cerraría en un abrir y cerrar de ojos, se demoró un largo tiempo. Era imposible hablar con el dueño, así que después de un par de semanas de intentos fallidos, decidimos montar guardia en su puerta y esperar a que saliera. Aunque para el propietario la "Formicheta" no tenía ningún interés ni apego sentimental de ninguna forma quería venderla y al final para deshacerse de nosotros nos dijo un precio desorbitado... ¡600.000 pesetas del año 1997! unos 3.600€ de hoy en día. En esos momentos para nosotros fue una decisión muy difícil de tomar, ya que aunque el precio estaba fuera de cualquier lógica, era un ejemplar que disponía de la documentación en regla, a falta lógicamente de pasar ITV y sabíamos que si renunciábamos a él, posiblemente no se nos presentaría ninguna otra oportunidad y nos quedaríamos sin incorporar este preciado modelo a nuestra colección. Así que conocedores de que estábamos pagando toda una fortuna, decidimos aceptar el precio que nos había impuesto el propietario y comprarla.

Su restauración de plancha y pintura se empezó en Barcelona, después se llevó a Torredembarra donde Jaume Cabot, nos ayudó a buscar los recambios originales que faltaban y finalmente fue en manos de Josep Mª Pamies, en Reus, donde se acabó su restauración; a falta de los pilotos traseros de los que de momento tan solo hemos localizado un juego.

Nuestra Siata Formichetta fue matriculada en 1965, así que podemos decir que después de 46 años, concretamente en el mes de diciembre de 2011, y tras haber pasado una vida de duro trabajo, llegando tristemente al más absoluto de los abandonos, nuestra Siata Formitchetta volvía a lucir el esplendor de sus días, eso sí, esta vez sin ser una herramienta de trabajo.

Siata formichetta - Barcelona diciembre 2011