La elegancia deportiva de una época
			            A finales de los años 60 y principios de los 70, España vivía una lenta pero progresiva apertura hacia el exterior. El automóvil, como símbolo de libertad y estatus, comenzaba a diversificarse. Ya no todo eran utilitarios ni berlinas familiares. El público joven, urbano y con poder adquisitivo emergente ansiaba modelos con personalidad, diseño y carácter. En este contexto nació el SEAT 124 Sport Coupé, una joya de inspiración italiana que representaba el lado más deportivo y aspiracional de la marca.
Este modelo no era un desarrollo propio, sino una adaptación del Fiat 124 Sport Coupé, concebido por el diseñador Mario Boano y fabricado originalmente en Turín. SEAT lo incorporó a su catálogo en 1970, como una apuesta por el refinamiento técnico y estético, adaptado al gusto y las posibilidades del comprador español medio-alto.
El SEAT 124 Sport en la España de los 70
El SEAT 124 Sport apareció en un momento clave. La marca, que desde su fundación en 1950 había dependido estrechamente de la casa matriz italiana FIAT, se encontraba en plena expansión y diversificación. Tras el rotundo éxito del SEAT 600 y la consolidación del 124 "normal" como berlina familiar, el salto al coupé suponía una evolución lógica: ofrecer algo más exclusivo y pasional.
Importado en formato CKD (completamente desmontado y ensamblado en España), el SEAT 124 Sport llegó inicialmente con un motor de 1.608 cm³ y 110 CV, asociado a un cambio de cinco velocidades, una verdadera rareza en aquel entonces en coches de producción nacional. Esto lo convertía, automáticamente, en uno de los turismos más rápidos, caros y prestacionales del mercado español.
Con un precio que rondaba el de vehículos de gama alta, el SEAT 124 Sport era un coche para minorías. Aun así, su éxito fue considerable, alcanzando a lo largo de su vida comercial más de 23.000 unidades fabricadas.
El 124 Sport es un coche que entra por los ojos. De proporciones perfectas, con un frontal afilado, cuatro faros circulares empotrados y una parrilla oscura que insinúa agresividad, su carrocería de dos puertas y líneas rectas respira armonía y elegancia.
Las llantas cromadas, los detalles como los retrovisores circulares exteriores y los pilotos traseros perfectamente simétricos conforman un conjunto de gran coherencia estética.
Su perfil lateral es limpio y musculoso, con pasos de rueda marcados y una cintura elevada que sugiere movimiento incluso en reposo. A diferencia de otros deportivos contemporáneos que buscaban la extravagancia, el 124 Sport apostaba por la sobriedad elegante.




Deportivo, sobrio y bien resuelto
El interior del SEAT 124 Sport se sitúa a medio camino entre un GT italiano y una berlina refinada. A primera vista, el protagonista absoluto es el volante de tres radios en madera con centro metálico, acompañado por un cuadro de instrumentos repleto de relojes circulares: cuentarrevoluciones, velocímetro, manómetro, temperatura, nivel de combustible... Todo dispuesto para una conducción atenta.
Las fotografías del interior confirman el excelente estado del habitáculo: asientos bicolor marrón/beige con un diseño envolvente, consola central con palanca de cambios metálica y pomo de baquelita roja, moqueta marrón y una armonía cromática que exuda clasicismo. El salpicadero negro con inserciones metálicas y mandos tipo palanca refuerza esa sensación de vehículo cuidado, pensado para el disfrute de su conductor.
Destacan también los aireadores redondos, la radio integrada en el centro del tablero y el freno de mano de largo recorrido. No hay lujos innecesarios, pero sí todo lo necesario para disfrutar de una experiencia envolvente y sincera.



