Un serra en Milmarcos

10.06.2013

No se me ocurre una forma mejor de probar este SEAT 1400 Sport Serra de 1959, que la de sumergirlo en las tranquilas y relajadas carreteras de «entre pueblos» que nos ofrece nuestra privilegiada geografía.

Dado que la adquisición de esta unidad se había materializado en el mes de octubre de 2014, no habíamos tenido la oportunidad de poder disfrutar de tan excepcional descapotable, en los meses mas agradables del año, la época estival.

Aunque este Serra se encontraba en bastante buen estado, hubo que realizarle una serie de tareas de manteniendo y mejora que se prolongaron unos cuantos meses, sustitución de todo el tejido de la capota, reparación y repaso general de la alquilada, sustitución de los cuatro amortiguadores, repaso general de motor, reparación y ajuste de los engranajes del cambio, sustitución del radiador y tramitación de expediente para VH.

Tanto mi hijo Ruben como el que suscribe llevábamos meses esperando que llegara la primavera para poder realizar tan ansiada prueba, así que el pasado mes de junio planificamos una escapada de cinco días dedicados exclusivamente a probar y sobre todo a disfrutar del Serra.

Para ellos nos desplazarnos desde Barcelona hasta la pequeña villa de Milmarcos, provincia de Guadalajara, situada entre el monasterio de Piedra y Molina de Aragón. Dado que el puesto base del Serra esta en Barcelona y teniendo en cuenta que la distancia al destino es de 452 km, realizamos el trayecto principal del Serra sobre un remolque de dos ejes.

Una vez allí, es como si el Serra hubiera sido creado para vivir en este entono tan especial, creo que las fotografías hablan por sí mismas.

Estas carreteras de entre pueblos fueron planificadas para comunicar pequeños pueblos con otros, sin importar excesivamente la velocidad, aun así son lo suficientemente amplias como para poder rodar sobre ellas con un clásico a velocidad moderada, sin prisas y disfrutando tanto del coche y del paisaje.

A lo largo de estos cinco días y partiendo siempre desde Milmarcos recorrimos diferentes pueblos de la comarca, pero pueblos de verdad, Milmarcos, Jaraba, Campillo, Fuentelsaz, Rueda de la Sierra, Nuevalos, Tartanedo, Torrubia, etc., incluyendo a Molina de Aragón, siendo este último al tratarse del mas grande en lugar habitual de reportaje y avituallamiento.

No importa que pueblo visitáramos , el asombro de sus vecinos estaba garantizado especialmente al descubrir se trataba de un Seat.

¿Pero que clase SEAT es este? Nos preguntaban constantemente , realmente se hace muy difícil poder explicar a alguien que apenas tiene conocimientos sobre la historia del automovilismo popular español de los años 50 y 60, que en realidad se trata de un Seat 1400 A , pero carrozado por un prestigioso carrocero de la época, Pedro Serra, ya que su apariencia nada tiene que ver con la berlina convencional que ellos recuerdan. Una vez realizadas las explicaciones oportunas , fotos y más fotos.

Alternamos carreteras viradas, largas rectas con algún que otro socavón e incluso pequeños puertos de subida donde la tercera se nos hace imprescindible, todo ellos nos arrojó un resultado de 874 km, sin ni un solo fallo.

En cuanto al automóvil en cuestión, nada tiene que ver con la berlina de la que procede, se trata de un automóvil absolutamente distinto , si bien en cierto que la toda la mecánica es la del 1400 A se serie, con sus ajustados 44 CV, su acertada aerodinámica sumada a un adelgazamiento de 100 kg hacen de este descapotable un divertido juguete del que en la mayoría de ocasiones cuesta llevar de nuevo al garaje, especialmente si estamos en época estival.

En lo que se refiere al interior , una vez acomodados en el asiento corrido, hay quien me ha comentado que es de tres plazas pero la ficha técnica especifica claramente dos, este resulta suficientemente cómodo aunque la accesibilidad esta algo limitada, volante de madera nardi de tres radios de aluminio, cambio de marchas en la columna de la dirección y el mismo cuadro de instrumentación que el de la berlina de la que procede, todo ello adaptado a un elegante salpicadero con la radio y los altavoces incorporados.

Aunque el nombre oficial que SEAT adoptó para esta versión fue el de Seat 1400 Sport, entendiendo que únicamente se debió utilizar para prensa y oferta en concesionarios ya que volviendo a la ficha técnica, en ella tan solo aparece 1400 A, aunque popularmente se les conoce como 1400 Serra.

Pedro Serra, no tan solo realizada las transformaciones fuera de la fábrica Seat, también se encargaba del 25 % de la comercialización, de decir de cada 4 coches el se quedaba con uno para comercializarlo individualmente.

«La propia SEAT me proporcionaba la plataforma del monocasco, con suspensiones, ruedas y mecánica. A partir de ahí, y con unos cuentos esbozos como único guion, elaboraba la carrocería, hecha entera a mano. Cortaba aquí, unía por allí y presentaba la pieza hasta que quedaba bien, a mi gusto. Luego completaba con faros y parachoques específicos, parabrisas panorámico, salpicadero e instrumentación especial, asientos, tapicería y la correspondiente capota con su arquillado. »

Estas palabras de propio Pedro Serra, según una entrevista a Manuel Garriga, dan idea de que ningún Seat 1400 es igual a otro, de este modo podemos considerar que el ejemplar que ilustra estas páginas es un modelo único, aunque en mi opinión personal, aun siendo el propietario, no creo que deba de considerarse como un ejemplar único ya que las diferencias con otros 1400 Serras no dejan de ser mínimas y meramente estéticas.

No quiero finalizar estas líneas, sin animar a todos los aficionados que tengan un clásico y el privilegio de poder ir su pueblo o a pueblos de amigos, que de bien seguro deben de ser muchos, a disfrutar de la experiencia de esta extraordinaria combinación.
Un saludo a todos los vecinos de Milmarcos (Guadalajara) y muy especialmente para Matías Garcia y Bienbenido Morales.